Desde hace unas semana para acá nos han saturado los sentido con grandes titulares en la prensa y los continuos pases de transmisión en vivo directo desde las cárceles del país, hoy el papel protagónico lo representa los internos del Rodeo I y II.
Cuando lo que debía representar una requisa de rigor se convirtió en escenas sacadas de películas, ahora empieza la manifestación de solidaridad delincuencial entre diversas cárceles del país, agravando la situación en el Rodeo II.
La oposición exige la renuncia del ministro del interior y justicia, mientras este hace todo lo que esta a su alcance institucional para resolver la situación. Se inicia en el país la feria de culpables, donde la oposición se aferra a señalar como el culpable de todos sus males al chavismo o debería decir correctamente, a Chávez en particular, ya que gracias a la presencia del chavismo en Venezuela la oposición a encontrado una buena razón para encontrar fondos del exterior e ilegales con la finalidad de tumbar el denominado “RRRRREGIMEN” del chavismo.
Sin mencionar por supuesto, los negocios que algunos de la oposición están haciendo con el dinero del estado obtenido muy honestamente a través de personas muy cercanas al gobierno que les encantan las jugosas comisiones.
El estado venezolano culpa de la situación de las cárceles del país, por supuesto, a la “cuarta república”, si contabilizáramos las horas por radio y televisión en el que ambos sectores han inculpado al otro bando, seria aterrador.
Pero la pregunta que se realiza el venezolano es, ¿Dónde están todo el personal que labora en estas cárceles? ¿Diluiremos nuevamente las discusiones infructuosamente señalando a las mismas personas para todos los males?.
Para la primera pregunta, la respuesta es que ¡no se sabe donde esta Elisa! Abogo por la gente honesta y valiente que labora en nuestras cárceles que estoy segura que existen, pero no por una mayoría que ha hecho del recinto penitenciario un GRAN NEGOCIO!
Allí están los culpables, por la mala administración de los pocos recursos que les llegan, por dirigir el negocio de las armas, del alcohol, la droga y toda clase de vicios con la que han enajenado a la población penitenciaria.
Personal de todos los cargos y profesiones que se complacen del hacinamiento para luego vender los mejores lugares a quien mas pague, todo esto sin querer entrar en muchos detalles que todos conocemos pero ¡POBRECITOS! ¡Tienen derecho a vivir de algo!
Acerca de la segunda pregunta, la respuesta es sí. Seguiremos señalándonos el uno al otro sin encontrar la raíz de los problemas, y cada día tendremos una patria sumida en los mismos y nuevos problemas morales, sociales, económicos, políticos y sobre todo espirituales.
El llamado es a los nuevos oficiales de la Policía nacional y a todas las fuerzas del orden publico que están en formación, a que desarrollemos los valores de solidaridad pero también de mucha responsabilidad y compromiso para hacer una adecuada interpretación de los males que nos perturban sino también de realizar labores de transformación de esa realidad.
¡Hay esperanza en DIOS y en la nueva generación de Oficiales!
Soc. Ronald Bracho
