domingo, 21 de abril de 2024

OPUS MAGISTER ¿ESTA MUERTO FREIRE?

 

SOC. RONALD BRACHO

El título de este ensayo fue producto de reflexiones hechas entre amigos, por supuesto, para unos representa motivos de celebración; con un buen café. Para otros, una profunda desdicha, ahogada en el vino. Para dar respuesta a una pregunta como esta, debemos revisar los escritos, las palabras de este docente, los mecanismos de objetivación por excelencia, como diría Peter Berger y Thomas Luckmann, lo cual es, el lenguaje. Utilizo muy precisamente el concepto de objetivación, para aludir a como el pensamiento de este gigante de la educación liberadora, se ha hecho una realidad, una concreción en sí misma, por la razón que interpretó la realidad educativa, y más aún, de la condición humana. Porque el oficio de la docencia permite el desarrollo pleno del potencial humano, de la condición humana. 

Responsabilidad que está muy bien contemplada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 102,  con la finalidad de desarrollar el potencial creativo () y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática. Volviendo a nuestra premisa, no es posible hablar de una persona, sin analizar su pensamiento y esto va a determinar la trascendencia del mismo, en el tiempo y espacio. Refiriéndonos a Freire, podemos observar en cada una de sus obras, que parte de describir una realidad concreta, la Latinoamericana, y ésta, en condiciones de opresión, explotación y coloniaje. Es por ello que desarrolla un planteamiento revolucionario en la educación, lo cual es la educación popular, a través de programas de alfabetización para adultos.

Propone una educación que sea liberadora, que dignifique al ser humano. Esto, en el marco de una América Latina, permeada por un vivo deseo de marcar su propio destino, distinto a lo establecido desde los centros de Poder. Una región con la proliferación de un pensamiento alternativo, revolucionario, nutrido por diversas corrientes y experiencia, entre ellas, por una Teología de la Liberación, que producto del Concilio de Vaticano II, la conferencia de Medellín y de Puebla, subsecuentemente, han dado aportes significativos a un tipo de praxis Liberadora desde la perspectiva teológica, y esta, nutrida por los planteamientos marxistas y por último, por la teoría critica (Adorno, Marcuse, Bourdieu).

De igual manera, Freira resalta valores como la humildad, solidaridad, amor, fé en el otro y el dialogo como arma de encuentro entre lógicas distintas, que rompe murallas de orgullo, de arrogancias academicistas, que impiden la construcción de lo que se ha llamado sintagma gnoseológicas, que me permite abordar la realidad con mayor integralidad, o como lo llama Morín, con un pensamiento complejo. En ese sentido, si esta misma realidad aún persiste en nosotros, entonces el pensamiento Freiriano aún sigue vivo, y es necesario profundizar en él, aunque para algunos representa un tema más de discusión ya pasado de moda, y que causa molestia. Nuestra labor docente está caracterizada por la necesidad de liberación, de los implicados en el proceso educativo, que según, la Ley Orgánica de Educación (2006), en su artículo 20, numeral 1, contempla quienes conforman una comunidad educativa, constituida por la escuela, la familia y la comunidad. “La comunidad educativa está conformada por padres, madres, representantes, responsables, estudiantes, docentes, trabajadores administrativos y trabajadoras administrativas, obreros y obreras de las instituciones y centros educativo. 

La escuela, posee su propio sistema de relaciones que es necesario descubrir y desmontar, desde el salón de clase, pasillos y estructura organizativa. Con relación a la familia, que representa, para la literatura especializada, la unidad básica de socialización primaria. Esta institución paso, en la historia, de estar vinculados por consanguinidad, a unas relaciones estrictamente económicas, en la que toma predominio la figura que más aporte económicamente en la casa, de igual manera, lanzando a la calle a niños y mujeres, que según el sistema económico capitalista, representan la mano de obra barata. Y en el plano comunitario, donde confluye un sinfín de historias de vidas, de relatos cargador de vida, para estructurar historias locales, con amplios contenidos del sistema social, pero de igual forma de la práctica simbólica de quienes interactúan en espacios determinados. 

Todo esto nos lleva a reflexionar nuestra práctica docente. Si realmente, en diálogos de saberes, somos capaces de mirar agudamente, nuestra realidad para desmontar la lógica de dominación. Nos permite establecer los ámbitos de acción del docente, y que está establecido en el documento fundacional de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, en el que observa al docente como investigador, No hay enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza, menciona el documento refiriéndose a Freire. Ya que el proceso de enseñanza implica que el docente trasmita una información sobre la situación actual de un fenómeno (antecedentes históricos y teóricos) y luego, fundamentados en lo que Freire establece como curiosidad epistemológica, el docente construye junto con el discente nuevos planteamientos sobre dicho fenómeno.

Pero para esto, se necesita que el docente y discente desarrollen actitudes y aptitudes referidas a la creatividad. Se necesita arriesgarse, tomar una postura ante lo que sostienen los autores, corroborar si ciertamente lo que establece el texto ocurre en la realidad. No se necesitan docente apegados a manuales, a contenidos curriculares como camisas de fuerzas sin aportar a estas de elementos creativos. 

Quiero concluir esta introducción con una frase de P. Freire que ella misma habla por sí misma. 

“Lo necesario es que, aun subordinado a la práctica "bancaria", el educando mantenga vivo el gusto por la rebeldía que, agudizando su curiosidad y estimulando su capacidad de arriesgarse, de aventurarse, de cierta forma lo "inmuniza" contra el poder aletargante del "bancarismo". En este caso, es la fuerza creadora del aprender, de la que forman parte la comparación, la repetición, la comprobación, la duda rebelde, la curiosidad no fácilmente satisfecha, lo que supera los efectos negativos del falso enseñar”. (Freire; 1996: Pedagogía de la Autonomía


NOTA: ESTE ARTÍCULO FUE ESCRITO Y DISTRIBUIDO POR VÍA CORREO ELECTRÓNICO EL DIA 11/06/2014